1. Equilibrio: Es necesario concentrar esfuerzos en conseguir un cierto «equilibro de peso» o simetría en el diseño de nuestras páginas web.
2. Rejillas: Están directamente relacionadas con el equilibrio, el punto anterior. Compuestas por una serie de reglas verticales y horizontales, permiten compartimentar y espaciar el diseño, facilitando su uso a los ojos del usuario.
3. Colores: Ni que decir de la importancia de la paleta de colores que rige un diseño web. Lo dice todo. Es importante hacer una buena elección de colores, acorde con el contenido y el servicio que queramos prestar, teniendo en cuenta que no se deben usar más de 2 ó 3 colores como base.
4. Gráficos: Debes elegir los gráficos acordes a tu diseño, a lo que quieres mostrar. De nada sirve recargar una página con gráficos incomprensibles, o dejarla vacía de ellos. Debes encontrar el punto justo.
5. Fuentes: Las fuentes tipográficas son otro de los elementos importantes en un diseño web. Aunque en clara desventaja con respecto a su uso convencional, debemos aprovechar los recursos que nos ofrece CSS para sacarles el mayor beneficio.
6. Espacios: A la hora de diseñar una página web tememos dejar espacios en blanco, no rellenos de contenido. Nada más lejos de la realidad, los espacios en blanco aportan ligereza y en algunos casos dispensan un mejor resultado que si son rellenados con contenido de más.
7. Conexión: Todos los elementos del diseño tienen que estar conectados, haciendo unidad. Porque de nada sirve tener un página web llena de contenido y elementos dispersos que pierden y aburren al usuario. Esta conexión tiene que ver en cómo combinamos los puntos anteriores, color, gráficos, fuentes, … Este orden es el pegamento que conecta todos los elementos de nuestras páginas web.
Fuente: Noupe.